La llegada de la filoxera en España no fue inmediata. A diferencia de Francia, que sufrió la plaga desde la década de 1860, el viñedo español disfrutó de un margen decisivo: casi veinte años en los que sus vinos llenaron un vacío inmenso en los mercados europeos.
Fue un periodo de exportaciones masivas, bonanza económica y expansión acelerada que cambió para siempre la estructura del sector.
Esa ventaja temporal convirtió a regiones como Cataluña, Valencia o el norte peninsular en grandes proveedores del mercado francés, en plena reconstrucción. El gusto francés influyó de forma directa en la orientación de muchas bodegas españolas, que comenzaron a adaptar técnicas, estilos y procesos para satisfacer esa demanda urgente y extraordinaria.
Las ganancias fueron notables. Se plantaron viñedos nuevos, se ampliaron bodegas y se profesionalizó parte del sector.
Sin embargo, esta prosperidad tenía un límite: la filoxera avanzaba inexorablemente y, tarde o temprano, llegaría también a España. Cuando finalmente cruzó los Pirineos -primero en Gerona y después en toda la península- el país se vio obligado a enfrentarse al mismo colapso que había observado en sus vecinos.
La devastación fue profunda. Millones de cepas murieron y miles de campesinos perdieron su sustento. La única salida fue adoptar el sistema de injertos sobre pie americano, una técnica ya aplicada en América por primera vez por Hernán Cortés en el siglo XVI y que transformó de raíz la viticultura europea.
La plaga dejó también aprendizajes duraderos. La necesidad de modernizar cultivos, de investigar soluciones y de reorganizar el territorio vitivinícola impulsó un salto profesional sin precedentes. Al mismo tiempo, obligó a diversificar mercados y a repensar la identidad de regiones que habían vivido años excepcionales gracias a la demanda francesa.
La historia de la filoxera en España es, por tanto, una doble historia: la de una oportunidad inesperada que enriqueció al país durante un tiempo, y la de un desafío inevitable que obligó a reconstruir todo el viñedo. Su huella sigue marcando la forma en que hoy entendemos el vino español.
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Historias del vino – Filoxera: la plaga que transformó el vino español