Arnau de Vilanova, uno de los grandes médicos y pensadores de la Europa medieval, desempeñó un papel decisivo en la historia del vino al impulsar la destilación con fines médicos y científicos.
Su figura, surgida en el seno de la Corona de Aragón, en lo que hoy es el levante español y el mediterráneo francés, se sitúa en un periodo clave. En ese tiempo, entre los siglos XIII y XIV, la medicina escolástica, la alquimia y la práctica clínica comenzaban a integrarse, dando lugar a nuevas interpretaciones sobre la naturaleza de los cuerpos y sus propiedades. En este contexto, el vino destilado se convirtió en un objeto de estudio privilegiado.
El interés de Arnau por la destilación no respondía a motivos lúdicos ni gastronómicos, sino a la búsqueda de remedios eficaces para las enfermedades. Consideraba que el aqua vitae -el agua de vida obtenida del vino- poseía cualidades terapéuticas únicas, capaces de conservar la salud, fortalecer el ánimo y prolongar la vida. Sus escritos influyeron profundamente en la medicina europea al atribuir a este destilado una potencia curativa superior a la del vino común.
Las técnicas de destilación eran conocidas desde la Antigüedad pero Arnau contribuyó a sistematizarlas y a integrarlas en un marco racional. Sus reflexiones sobre la naturaleza del alcohol y su separación del vino permitieron avanzar en la comprensión de los procesos químicos implicados. A través de esta nueva mirada, el vino dejó de ser solo un alimento o un símbolo ritual para convertirse también en materia de experimentación científica.
El impacto de sus ideas se extendió más allá de los ámbitos médicos. La destilación aplicada al vino abrió la puerta al desarrollo de aguardientes y licores que, con el tiempo, tendrían un papel creciente en la vida cotidiana y en la economía de diversas regiones europeas. Aunque Arnau no buscaba ese resultado, su contribución sentó las bases intelectuales y técnicas para la expansión posterior de estas bebidas.
A lo largo de su carrera, Arnau de Vilanova combinó el estudio teórico con la práctica clínica, y su prestigio se extendió por las universidades y cortes de Europa. Su autoridad como médico le permitió difundir sus innovaciones en un contexto marcado por el intercambio cultural entre el Mediterráneo cristiano y el islámico, donde la destilación tenía una larga tradición. Esta confluencia de saberes enriqueció sus propuestas y les dio proyección internacional.
La figura de Arnau ilustra cómo la historia del vino no se reduce a su cultivo o consumo, sino que abarca también los avances científicos que permitieron reconfigurar su significado y sus usos. Su obra contribuyó a transformar la relación entre medicina, ciencia y vino, dejando una huella duradera en la cultura europea.
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Historias del vino – Arnau de Vilanova y la destilación del vino
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