Retrato figurado del sabio y músico Ziryab

Ziryab y el nacimiento de una nueva cultura del vino en Al-Ándalus

A comienzos del siglo IX, la corte de Córdoba vivió una profunda transformación cultural impulsada por la llegada de Ziryab, un músico y sabio procedente de Bagdad. Su influencia no se limitó al arte sonoro: afectó a la forma de vestir, de organizar los banquetes y de entender el refinamiento cotidiano.

Ziryab introdujo una concepción ordenada de la mesa, con una sucesión lógica de platos y un cierre dulce, algo desconocido hasta entonces en buena parte de Europa. Esta nueva etiqueta no era un simple formalismo, sino una manera de educar el gusto y de vincular placer, conocimiento y civilización.

Entre sus aportaciones más significativas destacó una relacionada directamente con el vino: la recomendación de consumirlo en copas de cristal. Hasta ese momento, el uso de recipientes metálicos era habitual. El vidrio, en cambio, permitía apreciar mejor el color, el aroma y la pureza del líquido.

Esta sensibilidad encajaba con el ambiente intelectual de la Córdoba del emir Abd al-Rahman II, donde la ciencia, la artesanía y la estética convivían en un mismo proyecto cultural. El impulso dado al trabajo del vidrio favoreció el desarrollo de una auténtica industria local, asociada a avances técnicos en la manipulación de la sílice.

Las fuentes medievales y los hallazgos arqueológicos en Medina Azahara confirman el uso de recipientes transparentes de gran calidad. Estas piezas reflejan una búsqueda consciente de belleza y funcionalidad, en línea con la idea de que el vino debía disfrutarse como una experiencia sensorial completa.

En un contexto marcado por restricciones religiosas, el vino adquirió así un valor simbólico ligado al refinamiento y a la inteligencia. La herencia de Ziryab no se limita a una anécdota cortesana: anticipó una cultura del gusto que siglos después seguiría presente en la forma de beber, servir y apreciar el vino.


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Historias del vino – Ziryab y la revolución del buen gusto

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